miércoles, 24 de diciembre de 2008

Un repaso por el campeonato

Este Boca campeón del Apertura 2008 será difícil de olvidar. No tanto por su juego, dado que pocas veces fue vistoso. Pero sí porque se sobrepuso a grandes problemas, lesiones varias y, como si fuera poco, la muerte de Pedro Pompilio. Pese a esto, Ischia y sus dirigidos hicieron un buen trabajo, llegaron a estar once puntos abajo de la cima y un 23 de diciembre se encontraron con la gloria, fueron los encargados de eliminar al equipo que les llevo once unidades, San Lorenzo, fueron legítimos campeones.

Boca arrancó de manera avasallante. Derrotó a sus primeros tres rivales (Gimnasia de Jujuy (4-0), Lanús (2-1) y Huracán (3-0)) desplegando un gran fútbol, pero ante el Granate se rompió los ligamentos Martín Palermo y se perdería el resto del certamen. Era la hora de que empiece a jugar quien terminaría siendo el goleador del campeón: Lucas Viatri, juvenil de las Inferiores.

El empate ante Independiente inició una recaída de varios partidos. Tras la parda ante el Rojo en la Bombonera llegó un empate ante Argentinos Juniors. En ese momento, el Xeneize resignó la punta. Una semana después llegó la pérdida del invicto a manos de Tigre (2-3 en la Bombonera). En medio, la segunda fecha y el partido pendiente ante Newell's en Rosario que el azul y oro puso al día. Como si se hubiese jugado en tiempo y forma, el juego de las primeras fechas en ataque volvió y el elenco de la Ribera ganó por 4-2. Sin embargo, fue sólo un soplo de alegría: al domingo siguiente cayó ante Godoy Cruz 4-1 y siete días más tarde otra caída, ante Estudiantes (1-2 también en cancha boquense).

A partir del superclásico, llegó una gran levantada. Visitó a River, le ganó 1-0 con gol de Lucas Viatri en medio de una interna que empezaba a tomar fuerza en el plantel. Llegaron otras cuatro victorias seguidas, siempre por la mínima y recibiendo tan sólo un gol. Tras el tercer triunfo consecutivo, ante Banfield (1-0) murió Pedro Pompilio, al día siguiente.

Boca alcanzó la punta tres días después de la muerte del presidente, al derrotar a San Lorenzo en la Bombonera con un tiro libre de Riquelme, el 2 de noviembre. En el momento en que la solidez defensiva parecía envidiable, los problemas se siguieron agudizando: el que se rompió los ligamentos ahora fue Gabriel Paletta, durante el triunfo ante Arsenal.

La respuesta tras esa baja fue clara: luego de cinco partidos donde había recibido tan sólo un gol, en los últimos seis partidos (contando el triangular) Boca recibió goles todos los partidos salvo en uno de ellos (0-0 ante Gimnasia LP). La derrota ante Vélez en la Bombonera complicó las chances.

Cuando parecía que nuevamente se volvería a lo que había pasado en la primera mitad del campeonato, en la fecha posterior (decimosexta), el Xeneize venció 2-1 a San Martín de Tucumán como visitante y alcanzó la punta como consecuencia de los tragos amargos de San Lorenzo y Tigre.

Un inesperado empate en La Plata ante Gimnasia permitió a sus perseguidores arrimarse y que lleguen cuatro equipos con chances a la última fecha (Boca, ambos Matadores y Lanús). Los líderes eran los de Ischia, los de Russo y los de Cagna. Todos ganaron en sus compromisos de la fecha final.

Así, se llegó a un apasionante triangular de definición donde el cuadro azul y oro ganó por diferencia de goles: venció 3-1 a San Lorenzo y tres días más tarde perdió 1-0 con Tigre, un resultado que no le alcanzó al equipo Matador para coronarse.

En total, Boca jugó 21 partidos, ganó 13, empató 3 y perdió 5, marcando 36 goles y recibiendo 23.

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