jueves, 18 de enero de 2007

Preparando todo para el primer Superclásico del año

Un equipo Russo

Miguelito plantó en un táctico el Boca que tiene en la cabeza para jugar con River y también para empezar el torneo. Paró 15 jugadores, repartió muchísimas indicaciones y le empezó a dar forma.




Le dio libertad a Palacio, mando a Battaglia y pidió que los de atrás ordenen.
Le dio libertad a Palacio, mando a Battaglia y pidió que los de atrás ordenen.


Equipo a la vista... Después de los primeros días de pretemporada con mucha actividad física, luego de una sola práctica de fútbol en Tandil y una vez que se sacó de encima el debut en Salta, al fin apareció una punta del Boca que Miguel Russo tiene en la cabeza. Para el partido con River, el sábado en Mar del Plata, pero también para empezar la competencia por los puntos grandes.

Miguelito ayer por la mañana juntó a sus muchachos en el centro de la cancha de Banco Provincia, charló un rato con ellos e inmediatamente puso manos a la obra. Desparramó sobre el verde césped 15 jugadores. Sí, un equipo Russo. Pero que no cunda el pánico que Boca no se convirtió en un equipo de rugby. Simplemente, el técnico armó parejas en algunos puestos, juntó titular y suplente, para explicarles a ambos lo que pretende de ellos en esa función... Tampoco es cuestión de andar gastando saliva explicando todo dos veces, vio. El técnico paró a sus muchachos ante un rival fantasma, con Bobadilla en el arco.

Durante 30 minutos, Russo estuvo a full, y se mandó un trabajo táctico fenomenal. Hizo un verdadero ejercicio de parado, como le gustaba decir a Ricardo La Volpe. Con palabras justas y conceptos puntuales, sin abusar de las explicaciones para no aburrir, el DT explicó detalladamente lo que pretende de su equipo. El técnico de Boca expuso en el terreno su filosofía futbolística, con la particularidad de las cuatro parejas de jugadores, que sobre el final se convirtieron en cinco, porque a Guillermo le puso de sombra al pibe Franzoia.

El entrenamiento fue muy rico en movimientos y conceptos del técnico. "No tienen que quedar espacios entre los volantes y los centrales", pidió Russo una y otra vez para que el equipo fuese lo más corto posible y no darle a los rivales la chance de que exploten los espacios vacíos. Y también les ordenó permanentemente a sus jugadores que metieran cambios de frente para encontrar sorpresa. "Ojo con la vuelta... Tenemos que estar bien parados", se preocupó en busca de mantener el equilibrio. Justamente, porque ésa fue una de las preocupaciones que le dejó el partido del debut con Independiente. Más allá de las justificaciones lógicas de los trabajos de pretemporada, Boca, por momentos, quedó desequilibrado y con espacios demasiados grandes para su gusto entre defensores y volantes. Y, de a poco, está metiendo manos a la obra para refrescar los conceptos básicos de su ideario futbolero.

Manda la defensa. Está muy claro que a Russo le gusta el orden. Por eso el técnico ayer insistió para que los laterales se mandaran en forma alternada. Si uno va, el otro se queda. Pero a Ibarra le dio más cuerda para proyectarse, por una cuestión de contención del equipo, ya que adelante tiene a Ledesma y del otro lado hay un volante ofensivo del tipo Cardozo o Dátolo. También fue muy claro con los centrales: "Los de atrás mandan. ¡Hablen!".

Ordena Seba. "En el medio, el que manda es Sebastián", sentenció en el arranque del trabajo. Todo un legado de confianza y responsabilidad que Battaglia asumió con orgullo. Y, por los movimientos, quedó claro que Ledesma es quien se cierra más para ayudar a Seba en la lucha de la zona de volantes, mientras que por la izquierda Cardozo o Dátolo juegan más abiertos y con mayor preocupación ofensiva. "Los volantes acompañan hasta el final de la jugada. Cuando se sueltan, tienen que hacerlo con decisión, buscando el área rival", indicó cuando notó que metían la pelota en profundidad y miraban de lejos el desenlace de la jugada.

Libertad a Rodri. A Palacio le dio total libertad para moverse por todo el frente de ataque y para explotar su mejor virtud: desmarcarse y encontrar espacios vacíos. En el área, la dupla Palermo y Marioni tenía la misión de terminar las jugadas. Pero Miguelito también invirtió un buen rato en acomodar a Barros Schelotto en su nueva función de enganche: "Hay que tener precisión, porque sino es muy difícil jugar de enganche. Ahí hay que jugar rápido", le tiró cuando falló en un pase. Pero también lo mimó cuando acertó: "¡Eso Guillermo! Movete a espaldas de los volantes centrales. Tenés que buscar los espacios atrás del doble cinco".

Miguelito empezó a marcar su terreno. Ya se asoma un equipo Russo.

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