Boca Juniors debía afrontar un clásico en el cual hay mucha rivalidad: contra Independiente, que hacía doce años no ganaba en el estadio del azul y oro.
Los primeros minutos del primer tiempo encontraron a un equipo local perdido, desorientado y al Rojo teniendo las mejores chances. Justamente a los 6 minutos Cáceres, que quiso anticipar un balón que tenía como destino a Germán Denis.
La visita tuvo alguna chance más, pero poco tiempo después se empezó a meter atrás y el Xeneize comenzó a tener las mejores chances, con un Riquelme que se hizo amo y señor del equipo.
El gol no llegó porque Boselli y Palacio no estuvieron finos y encima, como para complicar más, cerca del final de esa primera mitad Gabriel Paletta vería la roja por una imprudente infracción sobre Grisales.
Todos pensaban que en el complemento Independiente no tendría problemas para mantener y porqué no aumentar su ventaja. Sin embargo no fue así, Boca siguió yendo al frente y generando muchas ocasiones.
Fue así como para impartir (algo) de justicia apareció Juan Román Riquelme para meter su primer gol desde que volvió al campeón de América. El enganche en el vértice izquierdo del área visitante, tocó para Boselli, éste se la devolvió y Román definió, fue la igualdad merecida.
Independiente tuvo una chance por Montenegro que se fue por arriba. Luego de mucho tiempo atacó el Diablo.
Sin embargo siguió siendo más el conjunto de la Ribera y pudo haber ganado. Palacio gambeteó al arquero Assmann e increiblemente la tiró afuera.
Boca no sintió el casancio, dio la sensación de que mereció más pero le faltó puntería. Podemos decir que de esta manera se ganarán más partidos de los que se perderán o empatarán.
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