miércoles, 22 de julio de 2009

La inolvidable historia del Negro que se puso verde

Ibarra merece que lo recordemos. Llegó a Boca por primera vez hace once años y fue de los que inició la época dorada boquense de la mano de Carlos Bianchi. Sus buenos rendimientos lo acercaron a Europa y el cariño de la gente lo devolvió al club Xeneize donde ganó muchos títulos.

Debutó oficialmente en un partido frente a Vélez que Boca perdió 1-0, el 5 de agosto de 1998, por la Copa Mercosur de dicho año. Aparte de ése, participó de otros 295 encuentros con la azul y oro en los que marcó 10 goles, varios de ellos golazos y de vital importancia. El primero de esa decena se lo hizo al San Pablo de Brasil, en un choque por la Mercosur donde el equipo que en aquel entonces (31/07/1999) dirigía Carlos Bianchi ganó por 5-1 y el formoseño anotó el 3-0 dejando en el camino a unos cuantos brasileños.

La historia gloriosa entre Ibarra y Boca comenzó rápidamente: ya en la primera temporada que el Negro jugó en la institución de la Ribera ganó tanto el Apertura 98 como el Clausura 99. La obtención de estos campeonatos le permitió a los dirigidos por el Virrey jugar la Copa Libertadores 2000, certamen en el que el conjunto auriazul se coronó Campeón de América tras 22 años. Si bien no marcó goles, como siempre el Negro fue importante (al punto de que sólo se ausentó en un encuentro).

Los éxitos continuaron sin darle respiro a un jugador que cada vez era más idolatrado por la hinchada Xeneize. Pasada la Libertadores, llegaron el Apertura y la Copa Intercontinental 2000 y, con Ibarra como parte trascendental, Boca fue campeón en ambos. En el certamen doméstico, Hugo Benjamín se anotó una vez en la red (frente a Newell's la formación de Bianchi ganó 3-1 con un terrible zurdazo del lateral derecho), aunque lo más destacable fue que jugó los 19 partidos. En la final del mundo ante el equipo de galácticos del Real Madrid nuestro equipo triunfó 2-1 y, como no podía ser de otra manera, el ex Colón estaba allí.

En el 2001 Ibarra se fue por primera vez a Europa, pero antes se hizo un lugar en la agenda para ganar la Copa Libertadores (estuvo en doce de los catorce partidos) y marcarle un golazo a River en el superclásico del Torneo Clausura de ese año.

El regreso se concretó pronto: en el 2002. El Apertura de ese año fue el campeonato en el que más goles marcó jugando para Boca: tres en dieciséis encuentros disputados, aunque en materia de títulos su esplendor volvió a llegar en 2003 y nuevamente bajo la dirección técnica de Carlos Bianchi. El cuadro azul y oro ganó de manera brillante la Libertadores de ese año y el Negro jugó diez encuentros.

Luego estuvo dos temporadas en el Viejo Continente (jugó para el Mónaco y el Espanyol), para pegar la vuelta en 2005 de la mano de Alfio Basile, en el segundo semestre de dicho año. Formó parte de un equipo que ganó cinco títulos en un año bajó la conducción del Coco. Participó de los dos choques de la Recopa 2005, pero en sólo siete del Apertura y cuatro en la Sudamericana por una lesión que lo tuvo a maltraer.

El 2006 todo fue diferente. En el Clausura jugó 17 partidos y anotó un inolvidable gol frente a Banfield: Boca se había quedado con nueve jugadores e igualaba en casa 1-1, resultado que complicaba las aspiraciones de campeonar. Pero el formoseño sacó un fortísimo remate y le rompió el arco al portero del Taladro, que desde esa posición no esperaba nada que no fuera un centro al área.

Una recordada tapa del Diario Olé, tras el golazo del Negro.

Volvió a ganar la Recopa y jugó quince partidos en el conjunto que, ya sin Basile y con Ricardo La Volpe como DT, perdió el tricampeonato en el Apertura 2006.


Se fue La Volpe, llegó Miguel Ángel Russo e Ibarra fue nuevamente campeón de América en 2007. Jugó trece partidos sobre catorce y le hizo un fantástico gol a Cienciano de Perú. Fue su último tanto con la casaca auriazul.

En el mismo año que volvió a ganar la Libertadores, jugó 18 partidos en el Apertura y los dos del Mundial de Clubes en el que Boca perdió con el Milan de Italia (la única final internacional que el Negro no ganó con el Xeneize).

En la primera parte de 2008 jugó poco y nada por una lesión y volvió a tener continuidad en la segunda mitad del año. Formó parte en 15 de los 21 partidos que disputó el equipo dirigido por Carlos Ischia para salir campeón del Apertura y los dos de la Recopa Sudamericana que la formación boquense ganó por cuarta vez, aunque sin tener una buena performance individual.

En el 2009 tampoco tuvo una labor destacada. Jugó mal, como todo el equipo y completó un total de 20 juegos (14 en el Clausura y 6 en la Libertadores).

Finalmente, decidió irse por no acordar con los dirigentes la renovación del contrato e incluso no se fue de la mejor manera con quienes manejan a la institución hoy por hoy. La situación económica del club no es la mejor y no aceptó la baja de su salario. La diferencia fue de unos cuantos palos verdes.

Desde acá te decimos gracias por todo Negro y suerte adonde quiera que vayas.

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