martes, 23 de septiembre de 2008

Esto es fútbol

De la mano de Gracián y Mouche, acompañados por una gran actuación colectiva, Boca, con once suplentes, goleó por 4 a 0 a Liga de Quito. Forlín, Espinoza (en contra), Mouche y Gaitán marcaron para el Xeneize. De esta forma, el elenco de Ischia prácticamente aseguró su pase a octavos, aunque deberá esperar a la revancha, el miércoles de la semana próxima.

Después de los últimos resultados, la euforia por los chicos que tenía Boca en sus filas se había apagado. Esta noche, un equipo integrado casi en su totalidad por juveniles de las Inferiores tenía la gran chance de demostrar todo lo que sabían. Enfrente, el campeón de América -Liga de Quito-, con la mayoría de las figuras que lo llevaron a ganar la Libertadores. No tanto por el presente (pese a que éste no era muy alentador), sino por la formación y los intereses del club azul y oro que se focalizan en torneo local, la Bombonera no mostraba la euforia y la pasión a la que nos tiene acostumbrados.

Chicos como Muñoz o Fondacaro que debutaban, García desde el arco, Forlín, Chávez, Mouche o Philippe querían empezar a hacer ruido. Además, otros no tan jóvenes, como González, pero especialmente Cardozo y Gracián buscaban reconciliarse con la gente y, especialmente, con el rendimiento que alguna vez supieron tener. De arranque nomás, pintó para baile.


La presión constante de los chicos boquenses empezaban a asfixiar al cuadro dirigido por Edgardo Bauza. Entusiasmo que se mantuvo constante los primeros minutos, incluso demostrado a través de una clara chance que Jonathan Philippe no pudo concretar. Luego se equilibró, siempre con un poco más de firmeza por el lado argentino.

A partir de los 27 minutos, se consolidó lo que antes del encuentro parecía un loco e imposible sueño: la goleada. Es que a esa altura del partido, un centro de Leandro Gracián desde la izquierda encontró un perfecto cabezazo de Juan Forlín para clavar el primero.


Un dinamismo, una velocidad y una precisión impresionante con el balón en los pies llevó a que prontamente el dominio volviera a ser totalmente de la joven alineación Xeneize. Y, también, a que cuando corría el minuto 32 apareciera el 2-0. Un gran pase del Tano Gracián para Philippe, mano a mano con el guardameta, Cevallos, que pudo taparla dando rebote, la pelota dio en su compañero Espinoza, que terminó por empujarla adentro de su propio arco.


Pablo Mouche y Cristian Chávez pudieron haber aumentado frente a este increíblemente inexpresivo conjunto albo, pero no tuvieron puntería. Así, con este par de goles de diferencia a favor del dueño de casa se fueron al descanso.


El complemento no tardó en traer nuevas emociones. Es que a los 4 minutos, la pelota cayó en el área y un
testazo derivó en los pies de Mouche, quien, sin más vueltas, le dio como venía. Adentro: 3-0.

Con la seguridad en el fondo, haciendo así más notoria la gran actuación de Forlín, y no solo por su contribución al triunfo marcando el 1-0, se terminó de construir el triunfo.


En ese período final, todo fue de Boca. Salvo dos veces en que Javier García, ante Manso en un tiro libre, y más tarde ante Bolaños, respondió cuando debía hacerlo.


Para redondear la gran victoria, una muy buena jugada colectiva en que Gracián terminó asistiendo al ingresado Nicolás Gaitán, que solo ante Cevallos y con total tranquilidad marcó el cuarto para así cerrar el partido y casi, podría decirse, la serie.


La idea de Carlos Ischia es que estos mismos chicos viajen a Ecuador para jugar la revancha. ¿Su misión? No perder por cuatro goles o más y, desde ya, marcar algún gol para complicar todavía más las aspiraciones de la Liga que, de acuerdo a lo visto hoy, deberá mejorar demasiado si aspira a algo.

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