domingo, 17 de mayo de 2009

¡Ganó Boca!

Un día volvió Juan Román Riquelme. Un día ganó Boca. Un día jugó bien Boca. Son tres frases que de ninguna manera pueden estar separadas sino todo lo contrario, van tomadas de la mano.
Yo no estoy de acuerdo con los comentarios que escuché y leí que hablan de un partido de Román que no fue bueno. Pienso exactamente al revés: fue de lo mejor en el año del enganche. No nos olvidemos que no juega hace más de un mes y aguantó los 90 minutos. Quizá en el primer tiempo no fue tan determinante pero en el segundo sí.
Mauro Matos puso a Arsenal 1-0 cuando iban apenas seis minutos del primer tiempo. Boca marcó muy mal, Luciano Leguizamón apareció solo en la izquierda de la defensa azul y oro, armó una buena jugada y asistió al delantero que apareció sin marca por el medio.
El Xeneize generó ocasiones y se sobrepuso a otra adversidad. A los once del primer tiempo, el hombre al que tanto elogié, Riquelme, erró un penal por una falta sobre Luciano Figueroa. Pese a esto, nuestro equipo siguió dominando la pelota, atacando por los costados, con una buenas tareas de Cristian Chávez (la figura) y Leandro Gracián (jugó como volante por la derecha, una posición que desconoce, y lo hizo bien) y el empate estaba al caer.
Luego de un buena jugada colectiva a los 24 minutos, que comenzó y terminó Figueroa, tras un muy buen pase de Chávez, los dirigidos por Carlos Ischia llegaron al merecido empate.
La gran tarea del Pochi se vio reflejada en el segundo gol. Porque fue él quien le dio el pase a Pablo Mouche, que corrió y se acomodó (mientras Chávez se metía a toda velocidad en el área) luego tiró el centro y apareció Cristian, para colocar a Boca arriba por 2-1 en la Bombonera cuando se jugaba el minuto 41 del primer tiempo. Premio para el mejor de todos.
En el segundo tiempo el dueño de casa se perdió muchos goles porque la tarea del portero rival, Cristian Campestrini, fue sencillamente espectacular. Pero la formación boquense manejó bien la pelota, Riquelme demostró toda su calidad en algunas pinceladas, como un gran pase para Mouche que sin embargo se topó con el arquero. O una buena maniobra individual que terminó en remate suyo y otra vez apareció Campestrini. También pateó muy bien un tiro libre que todos vimos adentro pero pegó en la parte externa de la red.
Pero lo mejor que hizo el diez en el partido y particularmente en la parte final fue hacer pensar a Boca. El tuvo la pelota cuando había que tenerla y fue inteligente para que de esta manera el cuadro de la Ribera pueda mantener la ventaja en el marcador, tener profundidad y, en consecuencia, generar una buena cantidad de ocasiones de gol.
Después de mucho tiempo ganamos en el torneo local (siete partidos). Después de mucho tiempo puedo decir que Boca jugó bien. Y poco a poco los fantasmas del último puesto se alejan. Boca dio vuelta el partido y se sobrepuso a las adversidades. Eso es bueno remarcarlo.
Ahora, a repetir el jueves.

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